Los cánones de la Santa Madre Iglesia no siempre han sido iguales de exigentes para la elevación a los altares de sus santos. Desde el nacimiento de la Iglesia se han proclamado ejemplos de virtudes a multitud de hombres y mujeres, bien fuera por aclamación popular, por los obispos o por el propio papa.
Tras innumerables intentos de establecer una praxis única, se llegó a reservarse el nombramiento de santos al pontífice máximo. Durante el papado de Juan Pablo II se estableció la última gran remodelación de los requisitos y pasos a realizar para alcanzar los grados de santidad. Recientemente, febrero de 2008, Benedicto XVI ha redactado a los obispos unas recomendaciones para abrir las causas de los santos que buscan establecer una mayor seriedad en la toma de consideraciones y de esta manera endurecer-restringir el número de causas.
Posiblemente para que no vuelva a suceder como con su predecesor que nombró más santos y beatos en su pontificado que en el conjunto de todos los papas anteriores desde que se instauró la normativa en 1588, alcanzado la cifra de unos 500 los canonizados y superando los 1.300 los beatos. Cifras éstas que le sirvieron al Vaticano para ser mal llamado "fabrica de santos".
Sirva de razonamiento a favor de esta política el tener en consideración, sabiendo que nunca se vulneró el códice, que la Iglesia nombra santos, y más en concreto beatos, a personas queridas por el pueblo a modo de ejemplo de virtud cristiana. Es decir, como vividores de la realidad de Cristo, ejemplos de entrega y sacrificio. Es un acercamiento de Dios a través de personas de nuestro tiempo. En definitiva una actualización del mensaje a las vivencias del hoy.
Pero basta de hablar de porqués y sepamos que se necesita para ser Santo:
El procedimiento a seguir en las causas de canonización y beatificación está recogido en la Constitución Apostólica Divinis perfectionis Magíster” de 25 de enero de 1983 y en las Normas Servandae in inquisitionibus ab episcopis faciendis in causis sactorum del 7 de febrero de ese año.
En el proceso oficial hacia la canonización hay tres pasos:
- Venerable. Es el título con el que se reconoce que un fallecido vivió virtudes heroicas.
- Beato. Se reconoce por el proceso denominado Beatificación, en el que se requiere, además de los atributos personales de caridad y virtudes heroicas, un milagro obtenido a través de la intercesión del siervo/a de Dios y verificado después de su muerte.
- Venerable. Es el título con el que se reconoce que un fallecido vivió virtudes heroicas.
- Beato. Se reconoce por el proceso denominado Beatificación, en el que se requiere, además de los atributos personales de caridad y virtudes heroicas, un milagro obtenido a través de la intercesión del siervo/a de Dios y verificado después de su muerte.
El milagro requerido debe ser probado a través de una instrucción canónica especial, que incluye tanto el parecer de un comité de médicos y de teólogos.
En este caso no se requiere el milagro si la persona ha sido reconocida mártir.
Los beatos son venerados públicamente por la iglesia local.
- Santo. Se reconoce como proceso de canonización, cuando al beato le corresponde el título de santo. Para la canonización es necesario otro milagro atribuido a la intercesión del beato y ocurrido después de su beatificación.
- Santo. Se reconoce como proceso de canonización, cuando al beato le corresponde el título de santo. Para la canonización es necesario otro milagro atribuido a la intercesión del beato y ocurrido después de su beatificación.
En este caso, las modalidades de verificación del milagro son iguales a las seguidas en la beatificación.
El Papa puede obviar estos requisitos. El martirio no requiere un milagro.
La canonización compromete la infalibilidad pontificia.
Mediante la canonización se concede el culto público en la iglesia universal. Se asigna un día de fiesta y se le pueden dedicar al santo iglesias y santuarios.
El procedimiento comienza a nivel local cuando los obispos empiezan a recopilar pruebas para apoyar la petición de canonización para una persona. Esas pruebas se trasladan posteriormente al Vaticano.
El procedimiento comienza a nivel local cuando los obispos empiezan a recopilar pruebas para apoyar la petición de canonización para una persona. Esas pruebas se trasladan posteriormente al Vaticano.
Según la normativa de la Iglesia católica, para permitir que haya tiempo de reflexión, el procedimiento no puede comenzar antes de que se cumplan cinco años de la muerte del potencial candidato a santo. Anteriormente el plazo superaba los cincuenta años. Aunque se han producido excepciones en los que se han iniciado los procesos con anterioridad. Los más recientes son Teresa de Calcuta (beata a los 6 años de su muerte), Juan Pablo II (iniciado su proceso de beatificación a 6 semanas de su muerte) o Sor Lucía, última vidente de Fátima en fallecer.
Resumiendo los pasos esquemáticamente:
1.- Se debe ser reconocido como “venerable siervo”, es decir haber sido venerado públicamente en vida y tras su muerte.
2.- Haber vivido virtudes teologales en grado heroico y ser objeto devoción popular mediante rezos y peticiones de favores.
3.- Producirse un milagro, tras su muerte, en la que haya mediado su persona y sea probado. O ser reconocido como Mártir.
4.- Producirse un segundo milagro, o primero si es mártir, tras el nombramiento de Beato.
2 comentarios:
Hay un cuento muy conocido de una viejecita que llegó de visita a un pueblo o ciudad a visitar a su familia y como era muy católica pregunto en la noche ¡ y donde queda la iglesia? . Por le misma cera de la casa al salir a la derecha media cuadra le respondió su hija, muy bien mañana temprano iré.
Bien temprano se levantó y se dirigió a la iglesia pero cuando casi entraba un señor que estaba en la puerta le dio los buenos días y la invitó a entrar, ella enseguida le preguntó esta es la iglesia, si esta es la iglesia le contesto él y entonces ella sorprendida al no ver imágenes en la pared le volvió a pregunta ¿ Y donde están los Santos? Él le respondió no se preocupe ellos van llegando poco a poco.
Sed Santos ´por que yo soy santo dice el Señor, la Biblia dice que no hay nada nuevo bajo el Sol y una muestra de esto es el muy conocido servicio de comida rápida, Atención medica rápida, Lavado de ropa en una hora, estamos en la época de los servicios rápidos , pero esto no es nuevo, Dios desde tiempos inmemoriales puso en práctica su servicio de Santidad rápida, en un santiamén, sin embargo la iglesia católica se mantiene con un sistema propio de Santificación que no está acorde con la voluntad de Dios, en otras palabras su propio método.
Dice la Biblia Hay caminos que al hombre le parecen derecho, pero su final es camino de muerte.
Me llama la atención que en las epístolas, siempre leemos a los santos de la iglesia que está en tal o cual sitio , evidentemente se refiere a los miembros del cuerpo de Cristo.
La palabra Santo significa apartado para Dios, una vez que una persona se arrepiente de corazón, acepta a Jesús, como su único y suficiente Salvador y como Señor de su vida, y además lo proclama con su boca.
Entonces se cumple la palabra. Si no nacieres de nuevo no puedes entrar al reino de los cielos. Hay que nacer de nuevo, claro es un nacimiento espiritual. Juan cap. 1:12 hablando de Jesús. “ A los que le recibieron a los que creen en su nombre se les ha dado potestad de ser hechos hijos de Dios, no nacidos de carne ni de voluntad de varón sino de Dios”.
Está clarito, hay que nacer de nuevo porque la herencia la heredan los hijos no los sirvientes, para heredar el reino tienes que ser hijo de Dios. No hijo por creación sino por un nuevo nacimiento espiritual y los que entran en el reino son santos porque ninguna cosa inmunda entrará en el reino, interesante que el método de Dios no incluye las obras como requisito para entrar. “ No es por obra para que nadie se gloríe.”
Dios te ve Santo atraves del sacrificio del Señor Jesus
Obsrva el metodo de la iglesia catolica con sus Fases Diocesana, Fase Romana, de Milagros.
Donde hombres pecadores igual a nosotros deciden quien es santo y quien no lo es, este no es el metodo dl Dios de la Biblia
Estimado Frema,
Como gusta decir por mi tierra castellanoleonesa: ni quito, ni pongo rey. Solo sirvo a mi señor.
Y esa es la línea de mi artículo: expongo cómo se trata la Canonización dentro de la Santa Iglesia Católica, Apostólica y Romana. Y solo para que aquel que lo necesite lo sepa.
La realidad de la santidad del hombre, es obvio que se produce en el momento de la aceptación del regalo de la Fe. La Fe en Dios, a través de la revelación por su hijo Jesucristo, es el único paso necesario para heredar el Reino y ser aclamado Santo.
Aquel que quiera estar conmigo en el Reino, que deje todo y me siga. Por que quien me quiere a mí, quiere al Padre, pues toda palabra que sale por mi, me viene del Padre.
El cuento que relatas, no lo conocía y me ha encantado.
Por supuesto que el único juez es nuestro Señor y ante Él se rinden las cuentas y el valorará el fruto de tus talentos y no un humano como nosotros será el medidor de nuestro valer santo.
Si bien en todo lo que afirmas es cierto y como habrás comprendido en lo anteriormente expuesto no diferimos, permíteme que te haga un comentario más.
Para el Cristiano, la única referencia dogmática cierta es Jesucristo y su buenanueva revelada en la Biblia. Dará lo mismo la advocación que se le quiera dar: Buena muerte, Injurias, Cristo de la Luz, Despojado, Liberación y millones más que existen. La esencia es el Único señor.
Ni Jesús, Ni Dios, Ni el Espíritu Santo son una paloma, o un destello, o una brisa, o un bramar del cielo, o cualquier obra artística que los represente. Pero, no es menos cierto que esta "palpabilidad" de su existencia se hace más asequible para el corrupto amor humano. El hombre necesita de una referencia constatable por sus sentidos para volcar sobre ella su entrega, su amor. Mas eso no significa la adoración a una talla de madera, no, es Crucificado es el medio físico necesario para alcanzar la sublimación de la aceptación de Dios. Una vez alcanzada esa morada de tu castillo interior, toda imagen es prescindible, toda imagen son una, todo orar es hablar con el Creador.
Esa es la verdadera razón de la existencia de la Canonización en el seno de la Iglesia. Crear referentes humanos, débiles, barros como cualquiera de nosotros, y que han sabido y logrado de forma más pública alcanzar la vivencia en carne de los misterios de la Fe.
Los Santos y Beatos y Venerables por la Iglesia proclamados, no son más que medios para alcanzar a Dios. Al referenciarnos a ellos, no hacemos otra cosa que orar al Padre. Son ejemplos de vida cristiana.
Ejemplos igual de Santos que la vecina del tercero, que el Padre-Madre.Abuelos o hermanos de cualquiera que haya reconocido a Dios como su Dueño y Señor.
Si aceptas orar a Dios a través de las lecturas bíblicas reconocidas como ciertas por la misma Iglesia y los mismos hombres pecadores que Canonizan, no aceptar tal instrumento ejemplarizante sería un sinsentido.
Al igual que no todos los Santos, lo son tanto, ni que los Santos reconocidos son todos los que existen. De igual manera, no todos los escritos de la Biblia son tan válidos, ni solo en la Biblia se pueden encontrar textos edificantes en la Fe.
Permitámonos crear Santos, tallar Crucificados, esculpir imágenes, escribir libros de Mística, si todo ello nos lleva a la única verdad que no es otra que aceptar el don de la Fe, renacer santos ante Dios Padre.
Tu Fe, te sabrá decir qué y quiénes necesitas como referentes. Como el mismo Dios nos permitió el libre albedrio, no seamos nosotros quienes demos o quitemos.
Descubramos nuestra Fe, sigamos nuestros pasos, hagamos de este mundo un jardín del Edén y dejemos a Dios que nos juzgue.
Uno y solo Uno, es la esencia. A Él es al que se le debe servicio y si puede ser dentro de la unica institución que Él creó al erigir sobre su fiel Pedro a la Iglesia y en la revelación sobre su azote Pablo.
Seamos Santos ante Dios, y si la Iglesia quiere que nos eliga, si no que más da.
Un abrazo en Cristo, nuestro Señor.
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