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O Cristo Das Trincheiras (Monasterio de Batalha - Portugal), originariamente era el Cristo de un calvario de la ciudad francesa de Neuve-Chapelle

lunes, 15 de septiembre de 2008

Beato Rafael Arnaiz Barón


Extraído de la página oficial:
http://www/.planalfa.es/confer/cistercienses/isidoro/

Rafael Arnaiz Barón, Burgos (9 de abril de 1911) - Dueñas (26 de abril de 1938).

Es el primogénito de los cuatro hijos de una familia de hondas convicciones cristianas, que calarán profundamente en la personalidad del propio Rafael. Vivió en Burgos sus primeros años. Se educa en colegios dirigidos por la Compañía de Jesús, tanto en Burgos como en Oviedo, ciudad a la que se trasladó su familia en 1922, por exigencias profesionales de su padre.

Al llegar a la adolescencia y juventud, se revela en Rafael una notable riqueza humana, intelectual y espiritual, que se manifiesta en su talante personal abierto y positivo, y en su profunda sensibilidad que va desarrollándose en inquietudes y contacto con la naturaleza, la pintura y las demás artes.

Este bagaje con la visión y el sentido cristiano de la vida y de la realidad, hacen cristalizar en él, aún después de haber iniciado la carrera de arquitectura, la vocación monástica cisterciense, por la que opta, en sus propias palabras: siguiendo los dictados de su corazón hacia Dios, y el ansia de llenarse de Él.

Así ingresó en el monasterio cisterciense de San Isidoro de Dueñas, el 15 de enero de 1934.

Sólo le quedan cuatro años de vida, pasados en temporadas alternativas entre la casa familiar y la comunidad monástica, a causa de una diabetes sacarina, manifestada repentinamente a los cuatro meses de su ingreso.

La enfermedad le obligó a dejar el noviciado y marcó con su evolución las distintas salidas y reingresos, que ponen en evidencia la firmeza de su convicción vocacional y la generosidad de su entrega, hasta morir en el monasterio en la primavera de 1938.

Pese a la brevedad de su existencia, contaba 27 años al fallecer, y el particular desarrollo de su vida y vocación, y como si su evolución espiritual se hubiera realizado a presión a causa de éstas, Rafael aparece como la realización plena de la gracia vocacional cisterciense: polarizado por Dios, como lo refleja su expresión característica: ¡Sólo Dios!

Rafael es testigo y testimonio de la trascendencia y de lo absoluto de Dios. No tanto de un Dios del que se saben muchas cosas, cuanto un Dios experimentado en la propia vida como Amor absoluto.

La única aspiración de la existencia de Rafael fue vivir para amar, siendo esta la nota sobresaliente de su personal y rica espiritualidad -marcada también por una intensa vivencia del misterio de la Cruz de Cristo y de la presencia de María en su camino de discípulo de Jesús- que le constituye en uno de los grandes maestros de vida espiritual de nuestros tiempos.
Su proceso de beatificación empezó en el año 1965 y culminó el 27 de septiembre de 1992, en una ceremonia presidida por el Papa Juan Pablo II. Hoy en día, las autoridades vaticanas estudian su pronta canonización en Roma.

1 comentario:

Lola dijo...

Bendita sea la hora en que el Hermano encargado de los oblatos pidió a Rafael que escribiera sus impresiones, sus pensamientos.

Lo vuelvo a repetir:hay que leerlos, todo el mundo debería leerlos. Su riqueza por su sencillez, no por altas cotas dogmáticas son de una belleza...que no puedo expresar. Mucho años llevan estos textos por casa, y la verdad, que simpre dan consuelo.

Gracias Gorky, por este acercamiento al Beato Rafael. Muchísima gente nevesitábamos esta información.

Mil Besos